-Me quieres?
-no.
De este modo dieron término a su relación, no rodaron lágrimas, tampoco hubo promesas. Cada uno continúo su camino, no se despidieron: solo dejaron de hablar y se marcharon. Sin mucho pesar apartaron sus destinos, no alcanzaron a sufrir, tampoco se extrañaron. Estuvieron a la altura, fueron una pareja moderna, practica, sencilla y urbana. Ya lo sabían, cada uno intuyo que no prosperaría, aun así quisieron compartir sus alegrías, sus soledades. Nunca cometieron el error de involucrarse, sabían que no prosperaría. Sin recriminaciones, sin disgusto, sin culpas: no dijeron nada; ¿y qué podían decir? Solo compartieron un poco de cada uno. No fue cariño, no fue amor, no fue la posibilidad, tan solo fue un acuerdo: acordaron, sin hacerlo, acompañar cada uno al otro, sin deseos de interferir, sin intención de ayudarse. Se amaron, a su modo, pero se amaron, crearon lo que con el tiempo definieron noamor, acomodaron aquello en lo que cada uno no creía: el amor y lo ajustaron a sus vidas. No habían llamadas de preocupación, ni paseos por el parque, un par de abrazos y unos cuantos besos, dos veces tuvieron sexo y gozaron de el, unas cuantas veces comieron juntos y visitaron a los familiares, pero nunca se dijeron nada. Ella no lo conoció y a el no le importo conocerla. Fueron treinta y seis meses, pero apenas lo notaron, eso no importaba, siempre seria lo mismo, no por apatía, todo lo contrario, estaba bien así.
Ella se caso, y fue feliz, pero piensa en el. El, aun sigue pensando en ella. No se aman y no quieren estar juntos, dicen, están seguros.
1 comentario:
hola Chiko
Un tanto roamntiko-poetiko-racional tu cuento
Me gustoooo !
Besos
tqm !
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